No tanto como la de Vranes, pero menor que la de Podkolzin. Micrópolix es una ciudad en miniatura, donde los niños pueden vivir diferentes experiencias como trabajar en un supermercado o en un plató de televisión o incluso, aprender educación vial entre muchas otras actividades. Tampoco cuenta con sonido estéreo (tiene dos altavoces en lugar de cuatro) y la calidad de su pantalla es inferior, al igual que sus cámaras.